La querencia de los paisanos por espíritu de los Carnavales se ve profusamente reflejada en la multitud de disfraces conservados fundamentalmente en los pueblos de Galicia, de generación en generación, siguiendo tradiciones centenarias. Del centenar largo del que hay constancia, Carlos Padín ha retratado 38, y año a año sigue incorporando nuevos personajes a su colección de óleos.
Merdeiros de Vigo, el Loro Ravanol de Pontevedra, Bonitos o Máscaras de Samede (A Coruña), Mecos y Maragatos de Chantada (Lugo) y Peliqueiros, Boteiros, Pantallas, Cigarróns y compañía de Ourense, todos ellos típicos del carnaval de alguna de las cuatro provincias gallegas, poblaron la Colección de Personaxes do Entroido Galego.
“Es una festividad auténtica, anárquica, participativa y extravagante. Me encanta la tenacidad con la que se han conservado tradiciones de padres a hijos, permitiendo que el folclore popular continúe intacto a día de hoy”, explica Carlos Padín, que este año trabaja en cinco cuadros más y aspira a pintar todos los modelos disponibles.