A punto de cumplir 50 años de prolija trayectoria, Diego de Giraldez, artista con un don innato que le ha permitido dedicarse a la pintura, la escultura, el dibujo y la anatomía, entre otras inquietudes, reunió 23 de sus obras –cuatro esculturas y 19 pinturas- para exponerlas en el Lucernario de la CEP hasta mediados de enero.
La colección condensó las etapas más recientes de su original proceso creativo, fruto de su genialidad, que le ha permitido crear un estilo propio conocido como Realismo NAS, que combina naturalismo, abstracción y surrealismo.
En el primer trimestre de este año, esta confederación pontevedresa respaldó inequívocamente, su candidatura a ser nombrado Vigués Distinguido, distinción que le fue otorgada unánimemente por sus muchos méritos, y que ostenta, estamos seguros, con gran orgullo.
Desde sus años de formación en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo hasta el presente, ha protagonizado más de 400 exposiciones individuales en importantes galerías de grandes ciudades y capitales de todo el mundo, además de participar en múltiples exposiciones colectivas. Su obra está representada en más de 150 museos de cuatro de los cinco continentes (Europa, América, África y Asia), incluido el del Vaticano, y en innumerables colecciones privadas e institucionales.