Por Jorge Cebreiros Arce
Presidente de la CEP
Estimados ministros ahora en funciones les escribo desde Galicia. Este de la Península Ibérica. Más concretamente, desde Pontevedra, provincia colindante con Portugal.
Esa misma provincia cuyo empresariado lleva años abanderando salir de ese aislamientoferroviario, propio del siglo XIX, y demanda infraestructuras que nos permitan dejar de ser la periferia de la periferia.
Este rincón del mundo que vio partir a muchos con una pequeña maleta, el traje de los domingos, algo de ropa de faena y un par de zapatos para buscarse la vida.
Después de mucho trabajo, esfuerzo, penurias y también afán de superación y aprendizaj, no volvieron todos los que se fueron pero regresaron los suficientes como para convertir Galicia en tierra de emprendimiento y empresas que, a día de hoy, décadas después, han dado prestigio mundial a sus proyectos, en muchos sectores que, con orgullo llamamos estratégicos. Ambicionaban ser profetas en su tierra. Legítimo, ¿verdad?
Y todo eso, a pesar de las trabas. Que las hubo, y las sigue habiendo. En demasiados frentes. Pero hoy hablaremos solo de dos. Para no saturar, que parece que nos repetimos. Ni pedimos ni queremos nada que no nos merezcamos o por lo que no hayamos elevado nuestras voces antes ante las instancias pertinentes. Esta primera semana de octubre, ha marcado un hito en el desprecio hacia nuestro tejido productivo, y desde la Confederación Empresarial de Pontevedra no estamos dispuestos a dejarlo pasar. No, al menos, sin expresar nuestra disconformidad.
Somos la provincia tractora de la economía de Galicia. Generamos empleo y progreso: somos punteros , a nivel mundial en sectores estratégicos y seguimos abriendo nuevos frentes, adaptándonos a las nuevas tecnologías. Estamos en sectores emergentes y con gran potencial, y por nuestras vías de comunicación marítimas y terrestres enviamos a todo el mundo nuestra producción.
Nos enorgullece tener la frontera con Portugal más activa de todo el territorio español. La más porosa, la de mayor interacción, la más dinámica y la que más cooperación transfronteriza ha generado en las últimas décadas, siendo ejemplo para otras eurorregiones.
Por eso, protestamos, de nuevo, contra los desplantes que, desde Madrid nos envían. Un responsable en funciones de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana anunciaba a principios de semana que se retrasa otra vez la puesta en marcha de la Alta Velocidad de nuestra provincia con la Meseta. Y se queda tan ancho.
Le niegan -otra vez- a la Xunta de Galicia la transferencia de competencias sobre la AP9 para frenar la sangría que suponen las subidas continuas de tarifas de esta infraestructura amortizada y vital para la logística en el Eje Atlántico. Pues tampoco nos gusta. Es otro agravio.
El Comisionado del Corredor Atlántico nos torea, cancela reuniones con el empresariado un día sí, otro también, no se reúne con l Xunta. Es otra afrenta. Pedimos lo mismo, no más ni tampoco menos, que lo que se dio, hace lustros, al Corredor Mediterráneo. Felices no nos hace este trato desigual.
Siguen sin resolverse los expedientes para terminar el Eje Atlántico, aprobar la Salida Sur, la conexión ferroviaria Galicia, Asturias, León, etc., con el Corredor Europeo?… Outra máis e van…
También mostramos nuestro desacuerdo y estupor con las declaraciones del ministro en funciones de Pesca, sobre lo inapropiado de rebajar el IVA a los productos del mar, como demanda el sector, ante la preocupante caída del consumo.
Quien nunca hace nada, nunca se equivoca. Si bien es cierto que no hacer nada es una forma de hacer algo. Nos ha sorprendido, y mucho, su falta de visión de futuro, y sin ella, sres. ministros en funciones, y sin una apuesta firme por quienes ideamos y a cabo los proyectos, el respaldo de nuestros centros de investigación punteros y la cada vez más compleja retención del talento, será muy difícil mantener esta senda y garantizar la prosperidad que Pontevedra y Galicia se merecen y que contribuyen a proyectar la excelencia del tejido empresarial nacional. Esta provincia ha tenido y tiene la suerte de contar con grandísimos ejemplos de emprendedores, grupos empresariales y organizaciones sectoriales centenarias. Pero, sobre todo, tenemos espíritu emprendedor y confianza en los valores empresariales de trabajo, esfuerzo y constancia. No estaría mal que, de vez en cuando, desde Madrid, se considerasen nuestras peticiones. Les aseguro, Sres. Ministros en funciones, que ayudaría mucho si todos empujáramos en la misma dirección y en todo el territorio por igual. Galicia no se merece estos desplantes.