
25 Jun Extraordinaria Normalidad
Jorge Cebreiros Arce
Presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra
Los ciudadanos deseamos que llegue la llamada “nueva normalidad”. Nos bombardean con ella todos los días, y la han acuñado nuestros gobernantes para decirnos que nos preparemos, que ya está ahí, a la vuelta del fin del estado de alarma. Pero, a la vista de los espectáculos ofrecidos por algunos de nuestros dirigentes, da la impresión de que no será normal y mucho menos nueva.
En esta versión de Nuevo Mundo, podríamos pensar que la normalidad que nos espera, se basaría en mantener los buenos hábitos adquiridos y aplicarlos para mejorar. Hemos demostrado ser capaces de mantener una reunión, utilizando medios telemáticos, y no interrumpir al que habla, a escuchar sus razonamientos con todo respeto, incluso silenciando nuestro micrófono para que se le escuche mejor, para después intervenir y trasladar, serenamente, sin crispaciones, gritos ni insultos, nuestras opiniones.
Es extraordinario, llevamos siglos intentándolo, y un virus lo consigue en unos pocos meses. Nos hemos formado más que nunca, otro estigma que se cae. Hemos asistido a más seminarios y charlas en estos 90 días que en varios años. Hemos demostrado ser capaces de aprender, de escuchar, incluso pacientemente algunas comparecencias dominicales de nuestros gobernantes donde, como si fuesen nuestros padres y supiesen lo que nos depara el futuro, nos decían a los sufridos ciudadanos lo que teníamos que hacer, y que estoicamente hemos cumplido. Más hechos extraordinarios.
Esta semana, la aprobación por casi unanimidad del Ingreso Mínimo Vital, nos animaba a creer que seguían los acontecimientos extraordinarios, que las cosas estaban cambiando en España.
Pero estando en estas reflexiones, ilusionado por estos cambios extraordinarios que se estaban produciendo en nuestra Sociedad, el Gobierno informó que se abrirían las fronteras con Portugal mientras el Gobierno luso lo desmentía. La alegría nos duró pocas horas.
Cuando pensábamos que el Gobierno también entraría en la nueva normalidad, y que tras escuchar nuestras plegarias cambiaría de actitud volviendo al diálogo social con Sindicatos y Organizaciones empresariales, nos sorprenden empezando a legislar sobre el teletrabajo. No solo han elegido el peor momento, cuando las empresas estamos intentando recuperar la actividad económica y los trabajadores su empleo, a unos días del fin de los ERTEs, sino que tampoco en esta ocasión han consultado a los agentes sociales. Ni nuevo, ni normal.
Tampoco parece propio de una nueva normalidad modificar la ley de costas y dejar con el alma en vilo a empresas y miles de trabajadores de sectores estratégicos de Galicia agitando la espada de Damocles del fin de sus concesiones administrativas, alimentado las dudas y frenando las inversiones cuando lo que necesitamos son empresarios valientes que quieran invertir en Galicia. Para los gallegos esto no es nuevo.
Nadie duda de que son muchas las cosas que se deben legislar ante una realidad diferente que la que conocíamos, pero ahora tenemos que afrontar una caída dramática de la actividad económica y un incremento del desempleo nunca conocidos en España, y mientras, otros países de Europa están adoptando medidas valientes para defender su sector empresarial. Es prioritario inyectar confianza en el corto plazo, tiempo tendremos de legislar, con diálogo, consenso y reflexión serena.
No perdamos de vista nuestro objetivo como país. No nos conformemos con esta “nueva normalidad”, hemos demostrado ser merecedores de una “extraordinaria normalidad”.