Ambas organizaciones expresan preocupación por la coyuntura insostenible que amenaza a la supervivencia de sus empresas
Las pérdidas se multiplican con el paro de transportistas, que bloquean las descargas del producto perecedero en plataformas de distribución.
La Asociación Gallega de Comercializadores de Marisco (Agacomar) y la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) denunciaron el 16 de marzo la grave situación a la que se enfrenta el sector en Galicia ante la que denominan tormenta perfecta.
Los piquetes en carreteras y en puntos estratégicos a raíz del paro de transportistas impiden que la mercancía pueda ser entregada en las grandes superficies y plataformas de distribución.
“El marisco sale en estado óptimo de nuestras cetáreas y depuradoras, y podemos garantizar que se preserve así durante su transporte y hasta llegar a destino. Pero si no se puede descargar, al ser perecedero, no podemos devolverlo al agua, debe ser desechado. Las pérdidas económicas son cuantiosas. Nos están impidiendo desarrollar nuestra actividad”, advierte el presidente de Agacomar, Abelardo Rodríguez.
Una vez perdido el producto, sin que genere ingresos, los costes de la actividad se vuelven insostenibles, concluye el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, quien destaca que, hasta ahora, los asociados de Agacomar, como muchos otros empresarios, han decidido no repercutir el incremento de los precios de la energía en el producto final.
“Es una tormenta perfecta. Los comercializadores de marisco, ya muy afectados por la subida de la electricidad, cuyo precio se duplicado o incluso triplicado en algunos casos, se enfrentan a ser víctimas colaterales del paro de transporte por la subida de los carburantes. No pueden garantizar las entregas, por lo que se ven obligados a no despachar”, resume.
Ambos presidentes solicitan a las autoridades que tomen las medidas oportunas para impedir que el sector quede gravemente reducido por esta coyuntura, sugiriendo, incluso, que se llegue a escoltar a los transportistas que tengan como destino MercaMadrid, MercaBarna, u otras grandes plataformas de distribución, como las de Sevilla o Bilbao, y, de paso, garantizar esta y otras actividades, evitando situaciones de alta agresividad como las que se están produciendo.