El 14 de febrero de 2019 se inauguró la primera exposición de ese año, con una pequeña recopilación de obras del artista aficionado Víctor G. Rodero, a quien se le ofrece el espacio expositivo de la CEP en su condición de talento emergente.
Autodidacta de técnica depurada y detallista, Rodero retomó su afición por la pintura después de su jubilación en 2008, cuando se vinculó al Taller de Pintura MV33 de Cristina Fernández Núñez, en busca de formación y un estilo propio. Despertó, por así decirlo, un don aletargado desde su juventud.
En total, se expusieron 14 obras pictóricas que abarcan retratos, bodegones, detalles de grandes obras de la pintura universal a modo de homenaje, y representaciones de espacios únicos o escenas del imaginario del artista, todas ellas en óleo sobre lienzo.
En sus propias palabras, Victor G. Rodero continúa “atribuyendo al arte la posibilidad de remover y transformar la conciencia de los hombres, intentando introducir al espectador en un proceso sensible a la búsqueda de lo que hay detrás de cada cuadro hasta encontrarlo”.